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LVRSustainable y Extreme E para el Día Internacional de la Preservación de la Capa de Ozono - 1

En ocasión del Día Internacional de la Preservación de la Capa de Ozono 2020, queríamos tomarnos el tiempo de compartir información valiosa sobre la situación actual, la historia y la investigación que ha sido llevada a cabo sobre el tema, y asimismo reflexionar sobre cómo cada uno de nosotros puede hacer la diferencia. El conocimiento es la herramienta más poderosa que tenemos para trabajar juntos para un mundo más sostenible y un planeta más sano. ¡Desliza hacia abajo para saber más y descubrir nuestra selección LVRSustainable para proteger tu cuerpo y tu piel!

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Cada 16 de septiembre se celebra el Día Internacional de la Preservación de la Capa de Ozono. Hace 32 años, 197 países firmaron un tratado para la eliminación gradual de la utilización de sustancias que debilitan o agotan la capa de ozono. El Protocolo de Montreal sobre las Sustancias que Agotan la Capa de Ozono fue aprobado el 26 de agosto de 1987 por las Naciones Unidas y entró en vigor el 16 de septiembre de 1989.

El ozono es una capa de nuestra atmósfera que contiene una alta concentración de ozono (O3). Esta capa es extremadamente importante para nosotros, ya que absorbe entre el 97 y el 99% de las radiaciones solares ultravioletas nocivas para las plantas, los animales, y el ser humano. La utilización de algunos productos químicos ha causado la deterioración de la capa de ozono, que ha tenido como consecuencia una serie de riesgos serios para la salud, incluidos:
Mayores probabilidades de padecer cáncer de piel
Problemas a la vista, aumento del riesgo de catarata y ceguera
Posibilidad de inmunodepresión o de debilitamiento del sistema inmunitario
Aumento del peligro de quemaduras de sol
Envejecimiento prematuro de la piel

En los últimos 30 años hemos hecho muchos progresos en el intento de arrestar los daños a la capa de ozono conteniendo el uso de ciertos químicos. Sin embargo, todavía queda mucho trabajo por hacer para proteger y restaurar el escudo protectivo de la atmósfera que se encuentra en la estratosfera a unos 15-30 km de la superficie terrestre.

En 1974, unos científicos publicaron una investigación donde detallaron las amenazas a la capa de ozono causadas por los clorofluorocarbonos (CFC), gases muy utilizados en la industria del frío y en los aerosoles de uso cotidiano. Al llegar a la estratosfera, los rayos UV del sol descomponen los CFC en sustancias que incluyen el cloro, que destruye las moléculas de ozono. La investigación revolucionaria -por la cual les fue otorgado el Premio Nóbel de Química en 1995- concluyó que la atmósfera tiene una “capacidad finita de absorber los átomos de cloro” en la estratosfera.

El reconocimiento de los efectos dañinos de los CFC y otras sustancias que agotan la capa de ozono llevaron a la firma del Protocolo de Montreal sobre las Sustancias que Agotan la Capa de Ozono de 1987, un acuerdo fundamental para eliminar gradualmente dichas sustancias, ratificado por todos los 197 estados miembros de la ONU. Sin dicho acuerdo, sólo EE.UU. hubiese tenido un incremento de 280 millones de casos de cáncer de piel, 1.5 millones de muertes por cáncer de piel, y 45 millones de casos de catarata, y el calentamiento global hubiese aumentado un 25%.

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Más de 30 años después del Protocolo de Montreal, científicos de la NASA documentaron la primera prueba directa de que el ozono de la Antártida está mejorando gracias a la reducción de los CFC. Desde 2005, el agotamiento del ozono en la región se ha reducido de un 20%.

Sin embargo, se siguen utilizando algunos hidroclorofluorocarburos (HCFC), sustitutos de transición menos peligrosos pero también dañinos para el ozono. Los países desarrollados necesitan inversiones del Fondo Multilateral del Protocolo de Montreal para eliminar el más utilizado de los HCFC, el gas refrigerante R-22. La siguiente generación de refrigerantes, los hidrofluorocarburos (HFC) no agotan el ozono, pero son gases de efecto invernadero muy poderosos que detienen el calor, contribuyendo así al cambio climático.

Si bien los HFC representan una pequeña fracción de las emisiones comparados con el dióxido de carbono y otros gases de efecto invernadero, el efecto del calentamiento global ha llevado a complementar el Protocolo de Montreal con la Enmienda Kigali del 2016. La enmienda, que entró en vigor en enero de 2019, reducirá la producción y el consumo proyectados de HFC en más de 80% durante los próximos 30 años.

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Hombre

Un agradecimiento especial a Extreme E.

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